miércoles, 10 de abril de 2013

La atribución causal era concebida como el resultado de un proceso racional de inferencia, en que la persona produce la respuesta que más se ajuste a la información disponible. Este modelo apareció durante la década de 1970, cuyo origen lo encontramos también en las ideas de Heider.

El hecho de que el análisis de la atribución causal permitiera a los psicólogos sociales situarse dentro de las coordenadas de la psicología del procesamiento de la información, dio lugar a una gran proliferación de investigaciones, la mayoría de ellas de carácter experimental, cuyo objetivo común era la confirmación de las hipótesis derivadas de ambos modelos.


Heider (1958), fue el primer autor que abordó el estudio de los procesos que conducen hasta la respuesta a la pregunta “¿por qué?” (“Proceso de atribución causal” o “proceso atributivo”), quien consideraba básico su estudio en el funcionamiento psicológico de las personas. Experimentó y teorizó para explicar cómo se buscan las “causas” de los sucesos que ocurren, especialmente las de aquellos que resultan extraños o se salen de la norma. Según Heider, las personan tienden a creer que un suceso queda explicado satisfactoriamente cuando descubren por qué ha ocurrido, recurriendo para ello a unas normas de inferencia de sentido común->reglas de la “psicología ingenua de la acción”, que exige analizar:

1) La “capacidad del actor”: en el ejemplo anterior, analizar la capacidad del “amigo” (actor) para realizar la conducta de “no saludar”.
2) La “dificultad de la tarea”: puede suceder que, aun teniendo capacidad genética para saludar, el “amigo” no lo ha hecho debido a circunstancias que se lo impiden (aglomeración, falta de visibilidad).

Ambos puntos, capacidad del actor y dificultad de la tarea, determinan conjuntamente si la acción es posible para el actor.3) La “motivación”: querer hacer el esfuerzo necesario (“intención”) o intentarlo con la intensidad requerida (“exerción”). La motivación es necesaria para que la acción se lleve a cabo realmente.

4) La naturaleza y/o la intensidad de los esfuerzos realizados por el actor, 
ya que a partir de ellos se infiere la presencia o ausencia de motivación.

“El proceso atributivo incluye desde el momento en que se observa la conducta hasta que se descubre el porqué de la misma”.